viernes, 7 de abril de 2017

Que nuestros dioses nos ayuden.

Me encuentro tomando mates, y pensando en una actitud de, nosotros, la gente, que me incomoda. Conste que por la intrínseca condición subjetiva que me toca, mi denuncia es a quienes me "rodeamos" en un universo muy acotado de Argentina, pero tambien por ser osado y atado a algún error, voy a hablar del argentino y para expiar mi osadía, del argentino en general.



Desde ya, se sepa, que en este breve texto, no intento dar una lección de vida, ni mucho menos solucionar algo, el que busqué eso, lea a Bucay, yo solo invito a una reflexión, y tal vez vaga, porque yo tengo razón sobre mi lógica, y pocas veces.



Está actitud de la que hablo, es el de estar preocupado por un problema, de importantes dimensiones, opinar sobre el mismo, y tambien, por pensar distinto, putearse, pelearse y cortar relaciones con personas que vemos todos los días. Acá no termina la cuestión, ya que todos peleados y golpeados por el asunto, no solucionamos nada, y estos, señores, son problemas de los cuales formamos parte, digamos, medio ambiente, economía, adicciones, en los que no voy a ahondar, porque ya demasiados opinologos los tratan.



Esto me hace pensar, ¿por que pasa esto?, que sucede desde que tengo recuerdos, ¿porque ponemos tanto énfasis en defender una opinión, que no ayuda en nada a la solución del conflicto?.



Pongo en análisis dos actitudes que se dan, que no hacemos nada para cambiar de rumbo, y la queja por el estado de estas cuestiones. La primera actitud, es producto de la gran inercia que tiene el sistema, generadora de una impotencia general, que nos hace creer que no podemos cambiar el sistema, la misma que nos hace parte del problema, cuando tiramos un papelito y nos quejamos de la contaminación global. La segunda actitud viene dada por la impotencia que se nos acumula, entonces, quejándonos, o peleando contra el defensor de la otra teoría, nos creemos que estamos haciendo un bien, y solucionando algo.Circulo vicioso, porque, otra vez, opinamos pensando que es gratis y no vamos a cambiar nada, mientras a alguien, en alguna medida, estamos condicionando.



Acá se da otra situación interesante, y que no podemos ignorar, esta, es el entrelazamiento con la religión, no con el catolicismo, con otra en la cual estamos en constante comunión, una religión politeísta, y en la cual ,cada uno de nosotros, tiene un Mesías, y les digo más! Lo llevamos en el bolsillo, y es quien nos comunica con nuestros dioses,  Facebook, Instagram, etc., aunque, dejando de lado el humor, estas aplicaciones, no son más que proyecciones de la sociedad en si,a la que le podemos hablar,e incluso esperar una opinión o consejo. Estos dioses están muy embebidos en la ostentación y el morbo porno, que hoy nos ametrallan a diario, lleno de información disertada por opinologos y otras organizaciones más o menos malignas, que dicen tener razón. Tanta información, en general de mala calidad, que no nos da tiempo a pensar y filtrar, para tener una opinión seria, sobre nada. Y en esta parte se suman la televisión, radio y otros medios poco fehacientes.



Tal vez, por esta razón se nos cambiaron los tantos entre sociedad e individuo, y nos olvidamos que somos individuos y podemos tener nuestras propias opiniones, sin que nadie nos juzgue, y a la vez formamos parte de una sociedad, la cual puede lograr grandes cambios, si sus individuos están convencidos, o tal vez no lo olvidamos, si no que nunca lo aprendimos.


¿Será, qué cada vez, más solos nos vanos encontrando, y el individuo más se esconde en la oscuridad del corazón, cada vez menos apto para dar cara a una sociedad con más inercia y más incontrolable?.



 Entre todos nos queremos sacar ventaja, y apoyamos líderes que piensan igual,y nos terminan usando para lograr sus objetivos personales, mientras nosotros distraídos, nos agarramos a las piñas con el que no quiere hacer paro. Tal vez es tiempo de pensar un poco. Es una locura que nos pongamos la camiseta de alguien que nos miente, roba o mata, porque la camiseta se pone en el futbol.



Sabemos que estamos complicados, que nos engatuzan, nos roban, nos toman el pelo, y seguimos haciendo las cosas igual.



 Que nuestros dioses nos ayuden.

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