jueves, 23 de marzo de 2017

Carta a la guitarra

La guitarra, compañera incondicional de los hombres, desahogo de tristeza y felicidad, capas de convertir un sentimiento en sonidos que erizan los pelos, la vida me hizo incapaz de tocarte, no por no quererte, sino por no entenderte. Mas no me quedara otra que conformarme con ver como te tocan manos más cálidas y te estimulan haciéndote llegar al clímax, excitándome con esos alaridos que desgarran el alma, como sintiendo placer por la misma infidelidad.

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