La guitarra, compañera incondicional de los hombres, desahogo de
tristeza y felicidad, capas de convertir un sentimiento en sonidos que erizan
los pelos, la vida me hizo incapaz de tocarte, no por no quererte, sino por no
entenderte. Mas no me quedara otra que conformarme con ver como te tocan manos
más cálidas y te estimulan haciéndote llegar al clímax, excitándome con esos
alaridos que desgarran el alma, como sintiendo placer por la misma
infidelidad.
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